Ruta
La ruta comienza en San Pedro del Pinatar, nos dirigimos
hacia Santiago de la Ribera, dentro del Mar Menor visitamos, nos dirigimos a
Cabo de Palo, Los Belones, La Unión, llegamos a Cartagena, visitamos Punta de
la Rella, después dirección al Puerto de Mazarrón y ahí hasta Punta de
Calnegre, para terminar en Águilas.
Naturaleza
La costa murciana se halla jalonada por numerosos estanques,
saladares, dunas, pinares y playas que integran un espacio natural único en el
que abunda una fauna de tipo mediterráneo compuesta por de flamencos, zarapitos
archibebes, zampullines, cuellinegros y cormoranes moñudos entre otros.
Salinas de San Pedro de Pinatar.
Se trata de unas salinas de origen romano situadas en el extremo
norte del Mar Menor, catalogadas como Parque Regional. Aún se mantienen activas
y se hallan separadas del mar por un cordón de dunas fijadas con pinos. Las
habitan cigüeñuelas, charrancitos, chorlitejos, patonegros y avocetas. El
acceso se efectúa por la carretera que va de San Pedro al puerto pesquero, y
por el sur desde Lo Pagán, por la
carretera de El Mojón.
Mar Menor.
La mayor de las formaciones lacustres y litorales de la
península Ibérica se encuentran situadas al noroeste de la Región de Murcia,
mide 21 km de largo por 1,5 km de ancho y tiene una profundidad máxima de siete
metros. Un cordón dunar conocido como La Manga, con 24 Km de largo, la separa
del Mar Mediterráneo, con el cual comunica por medio de cuatro golas o
aperturas. En sus aguas cálidas y de alto grado de salinidad existen especies
de gran valor natural. Posee en su interior islas de origen volcánico como son;
Perdiguera, Redondela, Mayor o la del Sujeto.
Calblenque.
En las estribaciones de la sierra de Cartagena y el Mar
Menor se encuentra, con una extensión de 2.528 ha, este espacio natural
protegido que alberga las salinas del Rassal. Un cordón de dunas fósiles separa
las salinas del mar.
Calblenque posee una vegetación única con especies como el
lirio del mar, el barrón, el palmito y la Sabina. Para acceder a él debe
tomarse la carretera que desde Cabo de Palos conduce a Los Belones. Desde aquí,
una pista lleva hasta Jordana y Covaticas, y en este último núcleo de población
acoge el centro de información. Es catalogado como Parque Regional de
Calblanque-Monte de las Cenizas- Peña de las Águilas.
Sierra de Cartagena.
Desde el Cabo de Palo hasta la bahía de Portman se extiende
un paisaje desértico que, explotado por cartagineses y romanos no ha cesado en
su actividad minera, En este espacio desolado crece una especie única dentro de
la botánica europea, el araar. Esta planta robusta, que se distribuye por el
norte de África, es de aspecto similar a la sabina, y se puede contemplar en la
peña del Águila y en el cerro del Sabinar. También destaca la jara cartagenera,
especie en peligro de extinción y exclusiva de las sierras del sureste.
Arte:
De San Pedro del Pinatar a Águilas.
San Pedro del Pinatar,
situada junto a la costa abierta y el Mar Menor, es una localidad turística que
cuenta con un famoso balneario de baños de loco. Entre los monumentos más
destacados destaca La Casa del Reloj,
última morada de Emilio Castelar. También destacan torreones defensivos que
datán del S. XVII, que bordean el litoral interior del Mar Menor.
Santiago de la Ribera,
es un centro de veraneo conocido por sus largas pasarelas de madera que se
adentran en el agua formando bellos paseos que utilizan los bañistas. Otro
núcleo de población es Los Alcázares,
que tiene aún en funcionamiento un hotel balneario, dedicado a los baños
marítimos de principios del siglo pasado, mientras que los antiguos balnearios
de la playa han sido convertidos en toda clase de establecimientos hoteleros.
En las afueras de Los Alcázares se halla
la torre defensiva de Rame, resto de la antigua finca de recreo árabe que en el
siglo XVI fue utilizada para protegerse de los piratas berberiscos. En
dirección al Cabo de Palos y tras pasar por El Algar, que posee varios molinos
de viento con aspas de ocho velas triangulares, se llega al monasterio de San
Ginés de la Jara. Situado a unos cinco kilómetros del pueblo de Los Belones,
este santuario medieval que tuvo gran devoción en toda la comunidad fue
construido en el XVII. En la actualidad se halla en un lamentable estado de
ruina.
Antes de penetrar en La
Manga se alza en el cabo de Palos
el faro que en 1865 se erigió para albergar la escuela de Fareros. Desde lo
alto se obtiene una espléndida panorámica de las cinco islas volcánicas del Mar
Menor. La larga faja de arena de 24 kilómetros de longitud y una anchura que
varía entre los 200 a 1.500 metros, conocida como La Manga, separa las aguas
del Mediterráneo de las del Mar Menor. Se trata de un abigarrado núcleo
turístico cubierto de chalés, altos rascacielos y complejos hoteleros que hacen
de él uno de los principales centros de veraneo del suroeste peninsular, tanto
por su clima excelente y abundantes playas como por su pintoresca
disposición. Merece la pena visitar,
dentro de las números estructuras deportivas que se encuentran en su entorno,
el Club de Golf de La Manga, oasis de verdor en medio de las arenas, y lujosa
urbanización residencial caracterizada por la arquitectura modernista de sus
edificios, entre los que destaca La Plaza
de Abastos (que en la primera quincena de agosto sirve de sede al Festival
Nacional de Cante de las Minas), la casa
del Piñon y la Iglesia Parroquial de
Nuestra Señora del Rosario, obra neobizantina de Justo de Millán.
Cartagena antigua
Carthago Nova, fundada por los cartagineses con el nombre de Quart Hadas, es la
segunda ciudad en importancia de la Región de Murcia. Centro Industrial minero,
puerto marítimo comercial y base naval militar protegida por la sierra, Cartagena
fue ocupada sucesivamente por cartagineses, romanos, godos, bizantinos,
musulmanes hasta 1245. La zona más antigua de la ciudad es la que se
dispone en torno a la bahía y en ella se
hallan los principales restos arqueológicos de la época romana. En la plaza de los Tres Reyes existen vestigios de una Calzada Romana que unía el puerto con
el faro de la villa. Un poco más abajo, en la calle de la Morería, se pueden
ver las ruinas de lo que fue un edificio civil. Los bajos de la Caja de Ahorros
del Mediterráneo, en la calle Conde Duque, conservan también restos de la
calzada, así como un museo con algunos objetos que aparecieron en las
excavaciones del subsuelo. En el paseo Alfonso XIII está la construcción
funeraria conocida como Torre Ciega.
Los bizantinos dejaron su impronta en el corto periodo en el
que dominaron la ciudad, en la que desembarcaron en el año 555. Se mantienen en
pie algunos lienzos de la muralla defensiva que construyeron entre 589 y 590, y
que pueden verse en la Sala Municipal de Muralla Bizantina junto a los restos
de una casa romana de la época del emperador Augusto.
En el inmediato monte de la Concepción se halla el Parque
Torres, lugar de asentamiento de múltiples civilizaciones, donde subsisten
vestigios del Castillo de la Concepción,
comenzado en 1395 bajo el reinado de Enrique III. Desde el mismo se divisan la puerta de la Villa, la torre del homenaje y
la Linterna, faro marítimo de planta cuadrada y factura árabe. La ciudad
conserva también los castillos de Galeras
y Atalayas, del siglo XVIII; el fuerte
de Navidad, de 1730; y el castillo de
San Julián, el más moderno del siglo XIX. Paralela al muelle discurre la
muralla marítima, mandada construir por
Carlos III en 1775.
Los restos de la catedral de Santa María La Vieja, que
fue destruida durante la Guerra Civil, se hallan muy próximos al castillo de la Concepción y a la muralla
bizantina. Erigida en el siglo XIII, mantiene partes de la cripta bizantina,
con mosaicos romanos y columnas que pertenecen al anfiteatro cuyas excavaciones
se encuentran en un solar adyacente. En la actualidad tan solo la capilla del Cristo del Socorro, de
finales del siglo XVII, está en uso; por otra parte la capilla de los Cuatro Santos es de época renacentista y barroca la capilla del Cristo Moreno.
A lo largo de la calle
Mayor se alzan edificios modernistas como La Casa Cervantes y La Casa Llagostera, ambas obras de Víctor Beltrí; edificios
dieciochescos como el Palacio del Marqués de Casatilly, convertido en casino y con decoración modernista en el
interior; y paralela a esta calla, la Iglesia de Santa María de Gracia, templo neoclásico
de planta Basilical con tres naves que alberga en su interior las tallas de los
cuatro santos cartageneros (san Fulgencio, san Isidoro, san Leandro y Santa
Florentina), obras de Salcillo de 1754.
También de estilo neoclásico es la Iglesia de la Caridad, templo circular con una capilla del siglo
XVII dedicada a las ánimas que conserva piezas atribuidas a Salzillo; un Cristo
crucificado, un San Antonio de Padua y un
San Francisco. En la plaza de la Mercede existe otro edificio modernista, el Palacio Aguirre, obra de Víctor Agrí.
Uno de los rincones más bellos y concurridos de la ciudad es
el puerto. En la plaza de Cavite se alza el monumento a los Héroes de aquella
batalla, así como el submarino Peral, prototipo del sumergible original que en
1888 construyó el cartagenero Isaac Peral. Dejando atrás el puerto, en la plaza
del Ayuntamiento se levanta el edificio consistorial, construcción modernista
realizada por Tomás Rico Valeriano entre 1900 y 1907. Es de dos cuerpos
separados por una balconada central y está presidido por un gran escudo de la
ciudad. En el interior se halla profusamente decorado y alberga una interesante
colección de cuadros, esculturas, grabados y fotográficas.
Recorriendo la costa desde Cartagena hasta Puerto de
Mazarrón y cruzando la masa de montañas de Alpujárribe se pueden contemplar,
desde la punta de Cabo Tiñoso, bellas playas vírgenes como la cala del Portús,
de carácter nudista, y llegar hasta La Azohía. Es un pequeño y pintoresco
pueblo pesquero que posee los restos de una antigua torre del siglo XVI
dedicada a santa Elena. Tiene estructura hexagonal y es la construcción más
antigua de su tipológica en el litoral murciano.
El Puerto de Mazarrón,
moderno núcleo veraniego y deportivo, posee algunas de las playas más hermosas
de la región, como las de Poniente, La Isla, Bahía, El Puerto o El Castellar.
En el interior, a unos seis kilómetros, se halla la antigua Almazarrón
musulmana, importante como centro minero romano que alberga valiosos monumentos
artísticos. Domina el pueblo de Mazarrón
las ruinas del Castillo de los Vélez, levantado en el siglo XV, y en el caso urbano
destacan las iglesias de San Andrés y San
Antonio, ambas del siglo XVI, la torre
del Molinete y el edificio modernista del
Ayuntamiento.
Siguiendo la línea de costa en dirección a Águilas se encuentran las localidades
de Bolnuevo y Puntas de Calnegre. Las dos son importantes atractivos turísticos
que sin embargo aún mantienen casi intacto su paisaje natural. En Bolnuevo sorprenden las impresionantes
formas de su ciudad encantada,
moldeada por la erosión y el viento.
La villa de Águilas, la
antigua Urci tartesia romana y Akila árabe, fue diseñada en 1756 por arquitectos
reales de Fernando VI, monarca que mando reconstruir el famoso castillo de San Juan de Águilas (s. XVI) destinado
a proteger la ciudad de las incursiones berberiscas. Destaca en el centro
urbano la iglesia parroquial de San José,
edificio neoclásico del siglo XVIII que custodia la talla atribuida a
Salcillo de la patrona de la villa, la Virgen de los Dolores.