miércoles, 28 de noviembre de 2012

MURCIA. El litoral.


Ruta
La ruta comienza en San Pedro del Pinatar, nos dirigimos hacia Santiago de la Ribera, dentro del Mar Menor visitamos, nos dirigimos a Cabo de Palo, Los Belones, La Unión, llegamos a Cartagena, visitamos Punta de la Rella, después dirección al Puerto de Mazarrón y ahí hasta Punta de Calnegre, para terminar en Águilas.
Naturaleza
La costa murciana se halla jalonada por numerosos estanques, saladares, dunas, pinares y playas que integran un espacio natural único en el que abunda una fauna de tipo mediterráneo compuesta por de flamencos, zarapitos archibebes, zampullines, cuellinegros y cormoranes moñudos entre otros.
Salinas de San Pedro de Pinatar.
Se trata de unas salinas de origen romano situadas en el extremo norte del Mar Menor, catalogadas como Parque Regional. Aún se mantienen activas y se hallan separadas del mar por un cordón de dunas fijadas con pinos. Las habitan cigüeñuelas, charrancitos, chorlitejos, patonegros y avocetas. El acceso se efectúa por la carretera que va de San Pedro al puerto pesquero, y por el sur desde Lo Pagán,  por la carretera de El Mojón.
Mar Menor.
La mayor de las formaciones lacustres y litorales de la península Ibérica se encuentran situadas al noroeste de la Región de Murcia, mide 21 km de largo por 1,5 km de ancho y tiene una profundidad máxima de siete metros. Un cordón dunar conocido como La Manga, con 24 Km de largo, la separa del Mar Mediterráneo, con el cual comunica por medio de cuatro golas o aperturas. En sus aguas cálidas y de alto grado de salinidad existen especies de gran valor natural. Posee en su interior islas de origen volcánico como son; Perdiguera, Redondela, Mayor o la del Sujeto.
Calblenque.
En las estribaciones de la sierra de Cartagena y el Mar Menor se encuentra, con una extensión de 2.528 ha, este espacio natural protegido que alberga las salinas del Rassal. Un cordón de dunas fósiles separa las salinas del mar.
Calblenque posee una vegetación única con especies como el lirio del mar, el barrón, el palmito y la Sabina. Para acceder a él debe tomarse la carretera que desde Cabo de Palos conduce a Los Belones. Desde aquí, una pista lleva hasta Jordana y Covaticas, y en este último núcleo de población acoge el centro de información. Es catalogado como Parque Regional de Calblanque-Monte de las Cenizas- Peña de las Águilas.
Sierra de Cartagena.
Desde el Cabo de Palo hasta la bahía de Portman se extiende un paisaje desértico que, explotado por cartagineses y romanos no ha cesado en su actividad minera, En este espacio desolado crece una especie única dentro de la botánica europea, el araar. Esta planta robusta, que se distribuye por el norte de África, es de aspecto similar a la sabina, y se puede contemplar en la peña del Águila y en el cerro del Sabinar. También destaca la jara cartagenera, especie en peligro de extinción y exclusiva de las sierras del sureste.

Arte:
De San Pedro del Pinatar a Águilas.
San Pedro del Pinatar, situada junto a la costa abierta y el Mar Menor, es una localidad turística que cuenta con un famoso balneario de baños de loco. Entre los monumentos más destacados destaca La Casa del Reloj, última morada de Emilio Castelar. También destacan torreones defensivos que datán del S. XVII, que bordean el litoral interior del Mar Menor.
Santiago de la Ribera, es un centro de veraneo conocido por sus largas pasarelas de madera que se adentran en el agua formando bellos paseos que utilizan los bañistas. Otro núcleo de población es Los Alcázares, que tiene aún en funcionamiento un hotel balneario, dedicado a los baños marítimos de principios del siglo pasado, mientras que los antiguos balnearios de la playa han sido convertidos en toda clase de establecimientos hoteleros. En las afueras de Los Alcázares  se halla la torre defensiva de Rame, resto de la antigua finca de recreo árabe que en el siglo XVI fue utilizada para protegerse de los piratas berberiscos. En dirección al Cabo de Palos y tras pasar por El Algar, que posee varios molinos de viento con aspas de ocho velas triangulares, se llega al monasterio de San Ginés de la Jara. Situado a unos cinco kilómetros del pueblo de Los Belones, este santuario medieval que tuvo gran devoción en toda la comunidad fue construido en el XVII. En la actualidad se halla en un lamentable estado de ruina.
Antes de penetrar en La Manga se alza en el cabo de Palos el faro que en 1865 se erigió para albergar la escuela de Fareros. Desde lo alto se obtiene una espléndida panorámica de las cinco islas volcánicas del Mar Menor. La larga faja de arena de 24 kilómetros de longitud y una anchura que varía entre los 200 a 1.500 metros, conocida como La Manga, separa las aguas del Mediterráneo de las del Mar Menor. Se trata de un abigarrado núcleo turístico cubierto de chalés, altos rascacielos y complejos hoteleros que hacen de él uno de los principales centros de veraneo del suroeste peninsular, tanto por su clima excelente y abundantes playas como por su pintoresca disposición.  Merece la pena visitar, dentro de las números estructuras deportivas que se encuentran en su entorno, el Club de Golf de La Manga, oasis de verdor en medio de las arenas, y lujosa urbanización residencial caracterizada por la arquitectura modernista de sus edificios, entre los que destaca La Plaza de Abastos (que en la primera quincena de agosto sirve de sede al Festival Nacional de Cante de las Minas), la casa del Piñon y la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario, obra neobizantina de Justo de Millán. 
Cartagena antigua Carthago Nova, fundada por los cartagineses con el nombre de Quart Hadas, es la segunda ciudad en importancia de la Región de Murcia. Centro Industrial minero, puerto marítimo comercial y base naval militar protegida por la sierra, Cartagena fue ocupada sucesivamente por cartagineses, romanos, godos, bizantinos, musulmanes hasta 1245. La zona más antigua de la ciudad es la que se dispone  en torno a la bahía y en ella se hallan los principales restos arqueológicos de la época romana. En la plaza de los Tres Reyes existen vestigios de una Calzada Romana que unía el puerto con el faro de la villa. Un poco más abajo, en la calle de la Morería, se pueden ver las ruinas de lo que fue un edificio civil. Los bajos de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, en la calle Conde Duque, conservan también restos de la calzada, así como un museo con algunos objetos que aparecieron en las excavaciones del subsuelo. En el paseo Alfonso XIII está la construcción funeraria conocida como Torre Ciega.
Los bizantinos dejaron su impronta en el corto periodo en el que dominaron la ciudad, en la que desembarcaron en el año 555. Se mantienen en pie algunos lienzos de la muralla defensiva que construyeron entre 589 y 590, y que pueden verse en la Sala Municipal de Muralla Bizantina junto a los restos de una casa romana de la época del emperador Augusto.
En el inmediato monte de la Concepción se halla el Parque Torres, lugar de asentamiento de múltiples civilizaciones, donde subsisten vestigios del Castillo de la Concepción, comenzado en 1395 bajo el reinado de Enrique III. Desde el mismo se divisan la puerta de la Villa, la torre del homenaje y la Linterna, faro marítimo de planta cuadrada y factura árabe. La ciudad conserva también los castillos de Galeras y Atalayas, del siglo XVIII; el fuerte de Navidad, de 1730; y el castillo de San Julián, el más moderno del siglo XIX. Paralela al muelle discurre la muralla marítima, mandada construir  por Carlos III en 1775.
Los restos de la catedral de Santa María  La Vieja, que fue destruida durante la Guerra Civil, se hallan muy próximos al castillo de la Concepción y a la muralla bizantina. Erigida en el siglo XIII, mantiene partes de la cripta bizantina, con mosaicos romanos y columnas que pertenecen al anfiteatro cuyas excavaciones se encuentran en un solar adyacente. En la actualidad tan solo la capilla del Cristo del Socorro, de finales del siglo XVII, está en uso; por otra parte la capilla de los Cuatro Santos es de época renacentista y barroca la capilla del Cristo Moreno.
A lo largo de la calle Mayor se alzan edificios modernistas como La Casa Cervantes y La Casa Llagostera, ambas obras de Víctor Beltrí; edificios dieciochescos  como el Palacio del Marqués de Casatilly, convertido  en casino y con decoración modernista en el interior; y paralela a esta calla, la Iglesia de Santa María de Gracia, templo neoclásico de planta Basilical con tres naves que alberga en su interior las tallas de los cuatro santos cartageneros (san Fulgencio, san Isidoro, san Leandro y Santa Florentina),  obras de Salcillo de 1754.
También de estilo neoclásico es la Iglesia de la Caridad, templo circular con una capilla del siglo XVII dedicada a las ánimas que conserva piezas atribuidas a Salzillo; un Cristo crucificado, un San Antonio de Padua y un  San Francisco. En la plaza de la Mercede existe otro edificio modernista,  el Palacio Aguirre, obra de Víctor Agrí.
Uno de los rincones más bellos y concurridos de la ciudad es el puerto. En la plaza de Cavite se alza el monumento a los Héroes de aquella batalla, así como el submarino Peral, prototipo del sumergible original que en 1888 construyó el cartagenero Isaac Peral. Dejando atrás el puerto, en la plaza del Ayuntamiento se levanta el edificio consistorial, construcción modernista realizada por Tomás Rico Valeriano entre 1900 y 1907. Es de dos cuerpos separados por una balconada central y está presidido por un gran escudo de la ciudad. En el interior se halla profusamente decorado y alberga una interesante colección de cuadros, esculturas, grabados y fotográficas.
Recorriendo la costa desde Cartagena hasta Puerto de Mazarrón y cruzando la masa de montañas de Alpujárribe se pueden contemplar, desde la punta de Cabo Tiñoso, bellas playas vírgenes como la cala del Portús, de carácter nudista, y llegar hasta La Azohía. Es un pequeño y pintoresco pueblo pesquero que posee los restos de una antigua torre del siglo XVI dedicada a santa Elena. Tiene estructura hexagonal y es la construcción más antigua de su tipológica en el litoral murciano.
El Puerto de Mazarrón, moderno núcleo veraniego y deportivo, posee algunas de las playas más hermosas de la región, como las de Poniente, La Isla, Bahía, El Puerto o El Castellar. En el interior, a unos seis kilómetros, se halla la antigua Almazarrón musulmana, importante como centro minero romano que alberga valiosos monumentos artísticos. Domina el pueblo de Mazarrón las ruinas del Castillo de los Vélez,  levantado en el siglo XV, y en el caso urbano destacan las iglesias de San Andrés y San Antonio, ambas del siglo XVI, la torre del Molinete y el edificio modernista del Ayuntamiento.
Siguiendo la línea de costa en dirección a Águilas se encuentran las localidades de Bolnuevo y Puntas de Calnegre. Las dos son importantes atractivos turísticos que sin embargo aún mantienen casi intacto su paisaje natural. En Bolnuevo sorprenden las impresionantes formas de su ciudad encantada, moldeada por la erosión y el viento.
La villa de Águilas, la antigua Urci tartesia romana y Akila  árabe, fue diseñada en 1756 por arquitectos reales de Fernando VI, monarca que mando reconstruir el famoso castillo de San Juan de Águilas (s. XVI) destinado a proteger la ciudad de las incursiones berberiscas. Destaca en el centro urbano la iglesia parroquial de San José, edificio neoclásico del siglo XVIII que custodia la talla atribuida a Salcillo de la patrona de la villa, la Virgen de los Dolores.

lunes, 25 de julio de 2011

Santiago de Compostela. Un lugar para el peregrino.



Hoy somos peregrinos y vamos hacer la última etapa del Camino de Santiago. Llegamos a Santiago de Compostela. Desde el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago en Compostela, en el siglo IX, el Camino de Santiago se convirtió en la más importante ruta de peregrinación de la Europa medieval. El paso de los innumerables peregrinos que, movidos por su fe, se dirigían a Compostela desde todos los países europeos, sirvió como punto de partida de todo un desarrollo artístico, social y económico que dejó sus huellas a lo largo de todo el Camino de Santiago.  En esta ciudad tenemos que visitar los siguientes recursos turísticos.
La Plaza del Obradoiro 
Se ha dicho que Obradoiro significa "obra de oro". Sea cierto o no, brillante y precioso es el resultado. Esta plaza, de una belleza excepcional, es el corazón del museo que es la ciudad de Santiago. A la misma, en una sobrecogedora armonía, quizás por "el milagro de la lluvia que lo unifica todo" como dijera Torrente Ballester, dan monumentos de un muy variado estilo:

La Catedral, cuya construcción se inició en la época de mayor esplendor de Santiago, en 1075. Comenzamos en la Capilla del Salvador, de influencia prerrománica destacada en su planta rectangular al exterior.
Su segunda etapa de construcción comienza tras el matrimonio de Doña Urraca con Raimundo de Borgoña, lo que imprimiría al templo un clara influencia del románico francés desembocando en un estilo propio; el románico compostelano. De esta época es la fachada del Obradoiro, aunque posteriormente, respetando su estructura románica se le añadieron los elementos barrocos decorativos que hoy se aprecian sobre todo en La Torre de las Campanas y la Torre de la Carraca.
Por la Puerta del Obradoiro se entra a la llamada "Catedral Vieja", que es en realidad la Cripta, iglesia románica con planta de cruz latina que introdujo en su construcción la primeras bóvedas de crucería que hasta entonces hubo en España.
El Pórtico de la Gloria constituye un conjunto escultórico románico tan excepcional que se le ha considerado "el más acabado monumento iconográfico medieval".
El Palacio de Gelmírez, como contrapunto al claustro de la Catedral es uno de los más brillantes ejemplos del románico civil en España. Fue construido tras las revueltas que arruinaron el antiguo palacio arzobispal. Destacan sus bóvedas de crucería que cubren un amplísimo espacio sin más soporte central que el del Arco de Palacio. En ellas destaca la fantástica elaboración del granito en nervaduras y detalles, como es el cabello de las figuras, de un finísimo esculpido. 
El Hospital Real, erigido por los Reyes Católicos en 1492 para acoger peregrinos y enfermos, constituye una brillante combinación de estilo plateresco y renacentista. Hoy es sede del Parador de Turismo.
El Palacio de Rajoy, este enorme y elegante edificio neoclásico frente a la Catedral, levantado en el s. XVIII para seminario de confesores, da aún mayor grandiosidad a la plaza. Actualmente alberga la Presidencia de la Xunta de Galicia y el Ayuntamiento Compostelano.

El Colegio de San Jerónimo Fundado por Alfonso III de Fonseca en el s. XV con portada románica, estilo que aun pervivía en Galicia en este siglo.

El Colegio de Fonseca, a espaldas del anterior, fue fundado también por Alfonso III de Fonseca para estudios de Teología. La portada es renacentista con columnas jónicas, en la Sala de Grados hay un admirable artesonado mudéjar y su bellísimo patio combina de forma brillante diversos estilos artísticos. Este edificio aloja la Biblioteca de la Universidad y el valiosísimo manuscrito mozárabe de Fernando I, Libro de Horas, del s. XI.
La Plaza de las Platerías
Se llama así por los numerosos comercios de plateros que existen bajo las arcadas de la planta baja del Claustro de la Catedral. A ella dan:

La portada gótica de la Catedral, con una escalinata del s. XVIII. Es la única de las primitivas fachadas románicas del templo. Destacan las figuras arquitectónicas de esmeradísima elaboración como el Rey David en el centro del friso.

La Fuente de los Caballos, en su centro, obra de J. Pernas en 1825.

La Casa del Cabildo, fachada trazada por Fernández Sarela en 1758 para adornar la plaza, con su típico estilo de placas (barroco gallego).

La Casa de los Canónigos o la Conga, palacio porticado diseñado por Andrade en 1709, separando la plaza de las Platerías de la de Quintana.
La Plaza de la Quintana
Una gran escalinata divide la "Quintana de los Muertos", abajo, de la "Quintana de Vivos", arriba. A ella dan el Pórtico Real, donde se sitúa la popular "Berenguela" o Torre del Reloj, que aunque fue iniciada en el 1316 fue renovada en el s. XVII, constituyendo una excepcional torre barroca y la Puerta del Perdón que sólo se abre cuando la festividad del Apóstol cae en Año Santo.

El Monasterio de San Pelayo de Antealtares con su severo muro de granito, contrasta con las anteriores. Es uno de los más antiguos monasterios de la ciudad, fue fundado en el s. XI por Alfonso II para custodiar la tumba del Apóstol cuando fue descubierta. Su inmensa fachada tal como actualmente la vemos se debe a los s. XVII y XVIII. Destaca el bello enrejado de sus ventanas, las portadas del s. XVII, su cúpula y el museo de Arte Sacro del monasterio, que exhibe entre sus piezas el ara marmórea del altar del Apóstol.

La barroca Casa de la Parra, con sus plantas trepadoras, adornos frutales, gárgolas y chimenea, constituye un bellísimo broche que cierra la plaza.
La Plaza de la Azabacheria.
Debe este popular nombre al gremio de los azabacheros que tanta fama dieron a la artesanía compostelana. Aquí se halló la original puerta románica, llamada Puerta del Paraíso, principal entrada de los peregrinos, donde se desprendían de sus ropas a los pies de la "Cruz d'os Farrapos", que tomaría su nombre de los harapos que allí dejaran los peregrinos. Hoy ha sido sustituida por la fachada neoclásica de Ventura Rodríguez.

El Monasterio de San Martín Pinario, el más monumental de Santiago, procede del oratorio que en el año 912 el obispo Sisnado dedicó a San Martín. En 1102 el obispo Gelmírez consagró la iglesia, llegando a ser un gran centro religioso y su culto llegó a rivalizar con la Catedral. El edificio románico desapareció, al iniciarse en el s. XVI la construcción del actual convento. Su iglesia representa como ninguna el barroco compostelano, resaltando en su interior el Retablo Mayor de exuberante riqueza barroca.

Cercano al impresionante muro occidental del anterior se encuentra el Convento de San Francisco, que rememora la peregrinación de San Francisco de Asis a Compostela en 1213-1215. Según la leyenda San Francisco recibió una revelación divina por la que se le encargaba que erigiera un monasterio en "Val de Dios", terreno propiedad de San Martín Pinario. El citado monasterio cedió el terreno a cambio de la entrega anual de un cestillo de peces, (solemne ceremonia que perduró hasta fines del s. XVIII, en que los monjes de un monasterio solían entregar el citado tributo a los del otro monasterio). La financiación de tal proyecto debiera de hacerse con un tesoro que encontraría Cotolay en una fuente. Y así sucedió, Cotolay encontró el tesoro levantándose un edificio gótico del que hoy sólo quedan cinco arcos en el patio de la sala capitular. El convento actual y sus dos claustros son del s. XVII y la Iglesia del XVIII.
La Estatua de San Francisco frente a la Iglesia fue realizada en conmemoración al séptimo centenario franciscano en 1930. Actualmente el monasterio alberga un interesantísimo Museo de Tierra Santa.
Por los alrededores de la Universidad
Uno de los más bellos itinerarios de la ciudad es el que discurre por la Rúa del Villar y la Rúa Nueva, llenos de gente o con la poética atmósfera que da la lluvia en Santiago.

En la Rúa del Villar encontraremos bellísimas palacios como la barroca Casa del Deán , que nos lleva por esta sugestiva calle de soportales al Palacio de Monroy, renacentista y al Palacio de los Marqueses de Bendana, con su fachada neoclásica y portada barroca. Está rematada con un escudo y un atlas que sostiene el mundo, que según cuenta la leyenda, lo dejará caer cuando se cumplan una serie de acontecimientos (no se preocupen, pues es difícil que todo ello ocurra al mismo tiempo).
A sus espaldas, pasando por la más estrecha calle de Santiago; la de Entrerúas, llegamos a la Rúa Nueva, (no tan nueva, pues así se llama desde el s. XII), donde se alza la torre barroca de la Iglesia de Santa María Salomé, templo románico que conserva su portada del s. XII. Y desde allí llegaremos al Palacio de Ramirans, el de los Condes de Gimonde y la Casa de las Pomas, con sus pilastras de adornos frutales. A continuación llegaremos al Teatro Principal y el Palacio de Mondragón de bellísima sobriedad neoclásica.

Como contrapunto están la Rúa de la Reina y la Rúa del Franco, que junto con la del Villar hasta la Puerta Faxeiras, componen un divertido conjunto con la mayor concentración de bares, locales, restaurantes y alojamientos de la ciudad. Este escenario ofrece lo más animado de esta viva y atractiva ciudad.

Este ha sido nuestra visita turística, a uno de los destinos turísticos más importantes de la peregrinación cristina desde la Edad Media.

miércoles, 20 de julio de 2011

Oviedo Destino Asturias

Hoy, desde este blogs, vamos a trasladarnos a  ciudad de Oviedo. Ubicada en el Principado de Asturias, la ciudad de Oviedo es mundialmente conocida por ser la sede de la entrega de los premios Príncipe de Asturias, importantísimo galardón que año a año premia personalidades del mundo de la ciencia, la cultura y valores humanísticos en general. Este evento se realiza en el teatro Campoamor y es presidido por el Príncipe de Asturias y su esposa la Princesa Doña Letizia, hija dilecta de la ciudad de Oviedo.

¿Por dónde podemos empezar? La bella ciudad de Oviedo cuenta con una exquisita herencia monumental como la Catedral de San Salvador, comenzada en el siglo XIV, de variados estilos: prerrománico, gótico, renacimiento y barroco, prevaleciendo el gótico flamígero. Esta Catedral es de paso obligado en el camino de Santiago. La Capilla San Miguel de Lillo del siglo IX, el Palacio Santa María del Naranco, también del siglo IX, la Foncalada, única fuente del arte prerrománico que aún se conserva, data del siglo IX; son algunas de las joyas que podemos encontrar. Mención especial merece el Fontán, conjunto de edificaciones de los siglos XVII y XVIII que forman una plaza porticada en la que se celebra el Mercado del Fontán todos los jueves, sábados y domingos por la mañana.

 Hay muchas muestras de prerrománico en los alrededores. La Carretera del Naranco cuenta con varias edificaciones declaradas Patrimonio de la Humanidad.

Oviedo es también capital de la música, espectáculos de zarzuela de alta calidad, ciclos sinfónicos y temporada de ópera son algunos de los eventos imperdibles con los que puedes deleitarte durante una visita a esta ciudad. Escuchar la Banda de Gaitas "Ciudad de Oviedo" es otra experiencia que no olvidarás.
No podíamos dejar a un lado, su atractivo gastronómico.Bien sabido es que Asturias goza de excelente cocina y por supuesto Oviedo no es la excepción pues su plato típico es la fabada al igual que en el resto de la provincia. La carne gobernada y la merluza a la sidra forman parte del menú tradicional y todo ello acompañado por la famosa sidra asturiana, reina indiscutible de una buena mesa.
Si por la noche queremos disfrutar de la vida nocturna. Sidrerías, pubs, restaurantes y discotecas permanecen abiertos hasta la madrugada, principalmente los ubicados en el casco antiguo de la ciudad.
Otro de los recursos importantes del turismo en Oviedo, son sus distintas fiestas tales como la feria dedicada al campo llamada Fiesta de la Ascensión, La Balesquida o Martes de Campo, el primer martes de Pentecostés, que se caracteriza por la procesión de la Virgen desde la Iglesia de San Tirso hasta la Capilla de la Balesquida y luego se realiza el reparto del "bollu preñau" (bollo de pan relleno de chorizo) y culmina con una alegre romería.
La Foguera de San Xuan que tiene lugar la noche del 23 de junio es espectacular. El pueblo ovetense se reúne alrededor de las hogueras que se levantan en toda la ciudad, especialmente la que se realiza en la plaza de la Catedral alrededor de la cual se baila la Danza Prima que es el baile tradicional asturiano. Las Fiestas de San Mateo, durante el mes de septiembre, son imperdibles. Durante todo el mes tienen lugar todo tipo de espectáculos tradicionales, actividades artísticas, deportivas, conciertos, espectáculos taurinos, festival de teatro infantil y concurso Hípico Nacional. El broche de oro de estas fiestas es la Romería del Cristo de las Cadenas que tiene lugar el último domingo de septiembre.

jueves, 7 de julio de 2011

Pamplona. La Fiesta de San Fermín.



Hoy en esta visita que hacemos a un destino turístico, nos vamos a desplazar hasta Pamplona para visitar uno de sus recursos culturales más importantes, Las fiestas de San Fermín o sanfermines (en euskera Sanferminak) son una fiesta en honor a San Fermín.
Los festejos comienzan con el lanzamiento del chupinazo (cohete) desde el balcón del Ayuntamiento de Pamplona a las 12 del mediodía del 6 de julio y terminan a las 24h del 14 de julio con el "Pobre de mí", una canción de despedida.

Una de las actividades más famosas de los sanfermines es el encierro, que consiste, los mozos y mozas corren a cuerpo descubierto delante de los toros en un trayecto de unos 849 metros, guiándolos sólo con la ayuda de un periódico del día. El encierro parte de los Corrales de la cuesta de Santo Domingo, de donde salen los toros. Suben por la calle Santo Domingo hasta llegar a la Plaza del Ayuntamiento, donde gira a la izquierda para entrar en la calle Mercaderes. En el cruce con la calle de La Estafeta gira a la derecha. De nuevo se gira a la izquierda en el tramo de Telefónica para enfilar el camino a la plaza de toros, a la que se entra por el callejón.

Los encierros tienen lugar todos los días entre el 7 y el 14 de julio y comienzan a las ocho de la mañana, con una duración promedio de entre dos y tres minutos. Siendo este momento de las fiestas uno de los más espectaculares  y  la cual acuden más turistas. A demás de haberse convertido en todo un fenómeno televisivo. El cual es retrasmitido por varias cadenas de televisión, congregando a muchísimos espectadores. La tradición  de los sanfermines tienen un origen que se remonta varios siglos, aunque su fama mundial es un fenómeno reciente, vinculado también a la difusión que les dio Ernest Hemingway; se trata de unas fiestas singulares y, sin duda, el acontecimiento por el que más se conoce a Pamplona en el mundo. Su fisonomía actual, cosmopolita y multitudinaria, es el resultado de una lenta evolución histórica cuyos orígenes se remontan a la Edad Media.
Tres celebraciones independientes están en su origen: los actos religiosos en honor a san Fermín, desde antes del siglo XII, las ferias comerciales y las corridas de toros, documentadas ambas desde el siglo XIV. Los pamploneses celebraban a san Fermín el 24 de septiembre. Cansados de las inclemencias climatológicas del otoño, los pamploneses deciden en 1591 trasladar la fiesta del co-patrono de Navarra, san Fermín, al 7 de julio. La coincidencia por azar en las mismas fechas de solemnidad religiosa, bullicio ferial y toros dan el carácter a los sanfermines que hoy conocemos. El patrón de la ciudad, San Saturnino, se mantiene con una celebración mucho más modesta en el 29 de noviembre. Para muchos de los visitantes, este hecho causa la confusión de pensar que es san Fermín el patrono de la ciudad.
El escritor estadounidense Ernest Hemingway fue uno de los que contribuyeron a propagarlos mediante su libro Fiesta. Están considerados como una de las mejores celebraciones del mundo, junto a los Carnavales de Río de Janeiro, de Venecia y de Colonia, y la Feria de la Cerveza de Múnich. La población de Pamplona durante esta semana de fiestas pasa de 190.000 habitantes a más de 2.800.000 personas.